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La llegada de Vélez a Arequipa no es una simple apertura de tienda: es un encuentro entre la tradición colombiana del cuero y la riqueza cultural del sur peruano. En un espacio de 114 m² dentro del Mall Aventura, la marca busca ofrecer algo más que productos: propone una experiencia en la que el diseño y la personalización se convierten en un gesto de identidad.

La elección de Arequipa como destino no es casualidad. La ciudad blanca, con su dinamismo cultural y su público cada vez más exigente, representa un escenario idóneo para un proyecto que apuesta por la autenticidad. Integrar el sillar —roca volcánica símbolo de la región— en la propuesta arquitectónica de la tienda, habla del deseo de la firma de dialogar con el contexto y no solo de insertarse en él.

En tiempos en los que el lujo suele confundirse con lo masivo o lo inalcanzable, Vélez retoma una mirada distinta: la del lujo artesanal, donde la nobleza del cuero y el trabajo manual se convierten en patrimonio. Bolso, chaqueta o accesorio dejan de ser un objeto más en el escaparate para transformarse en piezas con historia, que pueden incluso personalizarse y volverse únicas.
Con esta inauguración, Vélez suma ocho tiendas en el Perú y más de 260 en Latinoamérica, consolidando su papel como referente en la moda de la región. Pero más allá de los números, lo relevante es el puente que tiende entre dos tradiciones: la artesanalidad colombiana y el espíritu cultural de Arequipa.

La expansión de la marca es también un recordatorio de que la moda no solo viste, sino que comunica, conecta y preserva. En Arequipa, entre paredes de sillar y calles coloniales, el lujo artesanal encuentra un nuevo hogar.