Jimena Lindo: “Me he lanzado a varias cosas en la vida y a veces pienso: Dios mío, ¡qué loca!” / ENTREVISTA
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Jimena Lindo: “Me he lanzado a varias cosas en la vida y a veces pienso: Dios mío, ¡qué loca!” / ENTREVISTA

Sosteniendo que todo artista y ser humano está en un proceso de aprendizaje continuo, esta actriz peruana nos muestra en esta entrevista cómo la valentía y el espíritu aventurero han marcado su trayectoria.

Diana Davila
25 de julio de 2024

Con una esencia de rebeldía y profundidad, Jimena Lindo se encuentra en un momento en el que está más reconciliada consigo misma y su vulnerabilidad; un autoconocimiento de ella misma que le permite abordar su nuevo personaje en la obra de “Personas, lugares y cosas”, dentro del Teatro LA PLAZA, desde la dulzura, la alegría y el agradecimiento. 

Actriz de cine, teatro y televisión, también una educadora apasionada, valiente y comprometida, Lindo refleja en su carrera y vida personal una constante búsqueda de autenticidad y empatía. Diversas experiencias que han enriquecido su interpretación y su perspectiva sobre la vida, las cuales exploraremos en esta nueva entrevista con Mujer Latina.

¿Cómo describirías a tu personaje de “Personas, lugares y cosas” de Duncan Macmillan?

Emma es un personaje bastante hermoso, pero muy demandante. Ella es una actriz con una adicción a los narcóticos y al alcohol que debe entrar en rehabilitación por obligación y así seguir trabajando, porque en realidad le han dicho: “Te controlas o no vuelves a trabajar”. Ella no tiene el propósito real de sanarse; solo quiere un certificado. Sin embargo, en el proceso, se va dando cuenta de lo que realmente le está pasando. Se conecta con su vulnerabilidad y comienza a aceptar ciertos aspectos de sí misma que antes había evitado mirar. Es un personaje que está muy solo. 

¿Cómo abordaste al personaje de “Emma”?

Este es un proceso de investigación. Siempre es un proceso en el que tienes que bucear y aprender mucho sobre el tema. Por más que nosotros creemos que sabemos sobre adicciones, siempre hay más por saber, y la mayoría de las personas no sabe tanto como piensa. Fue todo un descubrimiento para mí saber que la adicción es considerada una enfermedad, similar a la diabetes. Una enfermedad incurable. Muchos de nosotros hemos cometido el error de hablar con alguien que tiene un problema de adicción y decirle: “Pero tú puedes, tienes voluntad.” Sin embargo, no nos damos cuenta de que se trata de algo mucho más complejo.

En este tipo de casos, a veces, la voluntad no basta..

Totalmente. Entonces pecamos de falta de empatía y de ignorancia. En el proceso de investigación empecé a darme cuenta de este tipo de aspectos qué me acercaron al personaje y a comprenderlo desde la empatía. 

Nunca juzgarlo..

Jamás. Como bien lo sabes. Nunca debemos juzgarlo. Ni juzgar en la vida tampoco porque eso nos aleja de cualquier ser humano 

En la primera lectura de guión ¿Se te quedó marcada alguna frase de tu personaje?

Esta obra está llena de frases destacadas. Duncan Macmillan es un dramaturgo contemporáneo genial; aborda temas relacionados con las enfermedades mentales y la salud mental. Para una actriz que interpreta a una actriz en el escenario, todas las reflexiones de la obra son realmente valiosas para mí. Sin embargo, hay una frase que se me viene a la mente y es cuando ella dice: “El Coyote solo se cae cuando mira abajo.”, es decir, si quiere ir adelante no mires abajo. Simplemente, avanza. Eso me gusta mucho.

“Personas, lugares y cosas” de Duncan Macmillan

¿En qué momento de tu vida llega este personaje?

Yo sostengo que todos los personajes nos enseñan algo. Siempre estoy atenta a eso. Actualmente, me encuentro en un momento de mi vida en el que, felizmente, estoy bastante reconciliada conmigo misma y con mi vulnerabilidad. He aceptado muchas cosas sobre mí, lo cual me ayuda a afrontar un personaje como este desde la dulzura, la alegría y el agradecimiento absoluto. Emma me ha hecho revisar mis propias adicciones. Aunque, gracias a Dios, no tengo la enfermedad de la adicción a los narcóticos o al alcohol, creo que las adicciones van más allá. Pueden incluir la adicción al trabajo, a ciertas emociones o incluso a personas. Este enfoque es muy interesante para mí.

Se podría decir que ¿el teatro es catártico?

Es más para el espectador. Sin embargo, el teatro no es terapia, pero desde mi punto de vista, los personajes ayudan a conocer aspectos de uno mismo que a veces no hemos observado.

¿Qué tan importante es el autoconocimiento en la trayectoria actoral?

Creo que el autoconocimiento es una de las labores fundamentales de todos los actores, además de seguir formándose y trabajando, es hacerse cargo de uno mismo. Hay un libro que me gusta mucho sobre autoayuda para actores que dice: “Lo primero que tienes que hacer, chochera, desde joven, es chambear en ti mismo. Trabaja en ti. Elimina esas creencias limitantes que has aprendido y que no son verdaderas, para que nada de eso empiece a empapar a tus personajes. Debemos convertirnos más en un canal que en una persona llena de obstáculos.

Usualmente cuando un personaje es complejo se tiende a trabajar desde su herida  ¿en este caso? 

Siempre es importante encontrar lo que mueve al personaje. Hallar la herida fundamental. En el caso de Emma tiene que ver, obviamente, con su familia y con una ausencia de su sentido de pertenencia y conexión con la vida. Conversé con el director y nos pareció que era por ahí. 

Con respecto a tus compañeros de escena ¿qué tan importantes son para ti? 

Sin mis compañeros en la obra, no sería nada. Realmente, la mirada y el apoyo que recibo de cada uno en cada momento que transito es lo que me permite conectar en la obra. Lo que siempre decimos los profesores es verdad: el compañero te salva. Por eso, es tan importante el regalo de la presencia en escena para el otro. 

Jimena Lindo dictando en su taller “Labor”

No muchos lo saben, pero además de ser actriz, eres profesora ¿Cómo nació esta vocación?

Fue muy raro porque había muchas personas a mi alrededor que me decían que tenía talento para enseñar, y yo les decía: “¿De qué están hablando? ¿No están equivocados?” Recuerdo que un amigo de la plaza me dijo: “Empiezas un taller la próxima semana.” Yo respondía: “¿De qué estás hablando?” Y él me decía: “Es solo un taller de un día. No molestes, tienes que hacerlo.” Me moría de miedo; temblaba. Así empecé y, la verdad, me enamoré del mundo de la pedagogía. Me fascinó poder transmitir y acompañar procesos. De hecho, luego estudié Educación en la PUCP. Me gusta mucho, sobre todo, acompañar los procesos y ver cómo las personas empiezan a transitar y desbloquear ciertas cosas de sí mismas para sentirse más libres. Es la conquista de la libertad, tanto de cada uno como la mía, lo que me gusta de esto.

¿Sientes que aprendes día a día de tus estudiantes y de los proyectos en que participas?

Sí, creo que los actores y actrices en general somos eternos estudiantes. Eso es maravilloso porque mantiene nuestro alma, cerebro y espíritu jóvenes. Siempre estamos aprendiendo algo nuevo. Por ejemplo, la próxima semana empiezo ensayos para una nueva obra que se llama María Estuardo. Aunque ya tenía una idea de quién era ella, sigo leyendo su biografía, viendo videos y películas para profundizar en el personaje.

Como si hubiera una gran curiosidad y un hambre de conocimiento.

¡Claro! Es como si de repente tu conocimiento se expandiera y, ¡bam!, te conviertes en un experto en la historia de Inglaterra del siglo XVI. Es maravilloso, ¡cheverisimo!

Ahora, me gustaría que nos cuentes un poco de tu taller “Labor” ¿Cómo nació este proyecto?

Este taller nació cuando estudiaba educación. Era un proyecto ligado a mi trabajo de investigación, que se centraba en enseñar teatro desde un enfoque socioemocional. Sentía que podía tener un impacto positivo, no solo en el escenario, sino también en la vida de las personas. El taller “Labor” se enfoca en pilares fundamentales para mí en la actuación: la respiración, la conexión con el cuerpo, el reconocimiento de las emociones, el juego, perder el miedo al error y transitar los grandes ríos de vergüenza y miedo que a veces nos impiden hacer lo que realmente queremos. Eso es lo que busco con este taller: acompañar y también acompañarme a seguir transitando esta conquista a nuestras propias libertades.

Es curioso que, a medida que nos hacemos más adultos, desarrollamos más vergüenza.

Sí, lamentablemente, porque somos como músculos: se atrofian si no los ejercitamos. Si de niña te decían “no juegues” o “no bailes”, lo interiorizas, y si no trabajas en ello, esos mensajes se van endureciendo como los músculos. Aunque el cerebro es plástico, si no lo chambeas, esas creencias se vuelven más definitivas. Poco a poco, empiezas a creer que así son las cosas, aunque no necesariamente sea así.

Pronto estrenarás una película llamada “Reinas”¿De qué trata esta película?

Este es un proyecto hermoso. Es una película peruano-española-suiza, dirigida por Klaudia Reynicke, una directora peruana que reside en Suiza desde hace más de 30 años. Ella vino aquí para hacer el casting, la conocí y me pareció una mujer increíblemente inteligente y talentosa. Esta es su tercera película; hace un cine muy personal y muy interesante. Ha estado en muchos festivales, y tuve la suerte de ser elegida para el personaje de Elena, la madre de las dos reinas, las dos niñas de ella. 

¿En qué contexto se realiza esta película?

Estamos en el año 1992 en Perú, en una época muy complicada. Elena, el personaje que interpreto, solo quiere sacar a sus hijas del país porque ha conseguido un trabajo en Minnesota, Estados Unidos. Para lograrlo, necesita la firma del padre, un hombre ausente que nunca ha estado realmente presente. Cuando Elena le dice que se va con sus hijas a otro país, él siente genuinamente que necesita reconectar con ellas. La firma empieza a demorar, y no les voy a contar más para que la puedan ver. Es una película muy hermosa y tierna, con un trabajo impresionantemente bello de Gonzalo Molina y de las niñas.

¿Cuándo se estrena?

La película se estrenará en agosto en Perú, después de haber competido en el Festival de Sundance y de haber ganado en una de las categorías del Berlinale Generation. Tras estos reconocimientos, finalmente se presentará en Lima. La película viene precedida de muchos, digamos, laureles, y la verdad es que la recomiendo mucho. Es hermosa y la forma en que representa al país en esa época es muy impactante.

Con todo este bagaje de conocimiento que has recolectado, ¿qué consejo para la vida les darías a las personas si te lo preguntaran?

Uff, hay tantas cosas que me pasan por la cabeza, pero tampoco me siento en posición de dar consejos a nadie. Sin embargo, si tuviera que dar uno, sería que uno debe ser honesto. Nos han enseñado mucho a mentir y a mentirnos, así que lo primero que se me ocurre es ser lo más honesto posible uno mismo y con los demás.

Justamente, al ver un poco de tu historia, nos impactó bastante lo valiente que fuiste al inicio de tu carrera. Dejar el broker de seguros para apostarlo todo por tu carrera de actriz. Y, eso es muy valiente,porque no todos persiguen sus sueños. 

Pero también siento que tuve suerte. Yo era valiente porque era rebelde y corajuda. Me enfrentaba a mi papá y tenía dos hermanos mayores que, de alguna manera, me respaldaban. Estaba en un camino diferente al de ellos. Mi hermana tuvo que estudiar administración, y mi hermano eligió ingeniería porque le gustaba, pero yo quería ser artista. Yo quería ser actriz desde que era chibola. 

Y ¿tu papá qué decía?

No quería. El deseaba que fuera ingeniera. Por dios, y ni siquiera podía con las matemáticas. 

¡Lo peor! Pedirle a alguien con alma de artista que sea ingeniero

Creo que debe ser hermoso para ellos, porque toda mi familia son ingenieros. Pero yo no la achuntaba con las matemáticas. Sin embargo, mi mamá sí me apoyaba. A mí me dijeron: “Estudia una carrera técnica y, después, haz lo que te dé la gana”. Realmente fueron bastante abiertos en ese aspecto. Estudié la carrera técnica, pero, paralelamente, tuve la suerte de que me salió un casting para una novela y me eligieron para un personaje que, además, era el antagónico. Tuve mucha suerte. Claro, tenía coraje, pero no es que abandonara la carrera; fue más bien un golpe de suerte. Lo agradezco y siempre lo digo. 

Jimena Lindo en “Tribus de la calle”

¿Qué tan importantes han sido tus mentores a lo largo de tu carrera?

Muy importantes. Uno de mis mentores al inicio fue Aristóteles Picho. Él fue quien me hizo el casting y vio algo en mí, por lo que siempre le estaré agradecida, aunque ya no esté con nosotros. Aristóteles me presentó a los productores y a Eduardo Adrianzén, el guionista principal de la novela. Durante ese tiempo, Aristóteles me coacheó y me ayudó. Porque yo solo era una chibola que no había actuado más allá del colegio.

¿Cuántos años tenías?

Tenía 19 años, era muy joven. Aristóteles me coacheaba y asesoraba, me hacía repetir las escenas, me daba la réplica y me decía cómo debía hacerlo. Se tomaba el tiempo para orientarme y me presentó a todo el mundo teatral, llevándome a lecturas y eventos. Allí conocí a personas increíbles como Edgar Saba y Lucho Peirano. Y así empecé, estando con los grandes. Y fue muy hermoso, y se lo debo todo a Aristóteles.

¿En este momento a quien consideras tu mentor? 

A una de mis maestras, Pilar Núñez. Ella es una actriz hermosa, especialista en voz y en muchas otras cosas. Siempre que tengo un proyecto, acudo a ella para trabajar en mi voz y en algunos aspectos del personaje. Ella me encanta y creo que es una de las personas que más escucho y me gusta visitar. 

Para terminar esta entrevista. En una frase ¿cómo describirías a Jimena Lindo? 

Aventurera.

Definitivamente, lo eres. 

Me gusta la aventura. Me he lanzado a varias cosas en la vida y a veces pienso: “Dios mío, ¡qué loca!” He hecho tantas cosas que me digo: “¡Asu! ¡Sí que tengo el espíritu aventurero!” Aunque, ahora que tengo familia, no significa que esté encerrada en casa.

Pero sientes que has disfrutado la vida

La sigo disfrutando, pero de otra manera. Siento que seguiré teniendo aventuras probablemente. A veces le digo a mi esposo: “Tú sabes que me fui sola a tal parte del mundo una vez”, y él me responde: “¡Sí, qué loca!” A veces pienso en lo loca que era al hacer esas cosas sin saber exactamente en qué me estaba metiendo. Sin duda, tengo un espíritu aventurero.

Eso podría ser una lección para todos: aventurarse a la vida.

Si claro. Aventurarse a la vida.

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