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Forever 21, la icónica cadena minorista de moda que se declaró en bancarrota en 2019, enfrenta un retroceso en su intento por mantener su presencia en el mercado latinoamericano como parte de su estrategia para recuperar su posición global. A pesar de sus esfuerzos por subsistir en la región, la empresa de moda rápida ha comenzado a cerrar tiendas en Latinoamérica. Recientemente, se ha confirmado el cierre de su tienda en el Jockey Plaza, la segunda en abrirse y la más grande en la capital. Esta situación ha levantado especulaciones entre los internautas sobre la posible desaparición total del conglomerado a nivel mundial.
El cierre de la sede ubicada en Jockey Plaza, viene acompañada de la liquidación de todos sus productos, durante los días del 29 y 30 de Julio del presente año, una posible medida que seguramente han tomado los ejecutivos para recuperar parte de su capital. Esta iniciativa ha despertado una mezcla de sorpresa entre los clientes fanáticos de la marca, quienes ven en estas rebajas una oportunidad única para adquirir productos a precios más asequibles.
¿Cómo inició la medida de declararse en bancarrota?
La cadena solicitó la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos para mantener el control y posesión de sus bienes mientras llevaba a cabo una reorganización. Como parte de esta medida, la empresa anunció el cierre de 350 de sus 800 tiendas a nivel mundial, incluidas unas 178 en Estados Unidos.

Principales razones de su situación
Forever 21 comenzó a enfrentar problemas en los últimos cinco años, cuando empezó a desconectarse de los gustos de los jóvenes compradores estadounidenses, muchos de los cuales buscan ropa relativamente barata. A ello se sumó la falta de calidad de las prendas y la poca diferenciación de la compañía.
Diversos expertos han señalado que la mala experiencia del cliente en las tiendas y el impacto del conocido “efecto Marie Kondo“, que promueve un estilo de vida más minimalista y sostenible, han sido factores clave en el declive de Forever 21. Este fenómeno se ha visto reflejado en las bajas ventas entre los consumidores de la Generación Z, quienes prefirieron realizar sus compras de manera digital. Algo que, a diferencia de sus competidores, Forever 21 no logró adaptarse a tiempo para captar estas ventas digitales, lo que ha empeorado su situación financiera.
Adicionalmente a lo anterior, un factor importante ha sido el cambio de mentalidad de los jóvenes, quienes ya no están interesados en un modelo de consumo tan poco sostenible. Esta tendencia se puede ver dentro de las redes sociales como Tik Tok o Instagram, en donde los consumidores más jóvenes se ven inclinados a adquirir prendas de segunda mano o en alquilar.
Futuro incierto para la marca
El pronóstico de Forever 21 es incierto. La empresa deberá tomar decisiones estratégicas clave para mantenerse a flote y recuperar su posición en el mercado. La reestructuración implicará no solo el cierre de tiendas y la renegociación de contratos de arrendamiento, sino también una revisión de su modelo de negocio y su enfoque de mercado.
La compañía ha indicado que se centrará en fortalecer su presencia en línea y mejorar la experiencia del cliente en sus tiendas físicas. Además, planea introducir líneas de productos más sostenibles y éticas para alinearse con las crecientes demandas de los consumidores conscientes.

Mientras tanto, los consumidores peruanos lamentan el cierre de la tienda en el Jockey Plaza, que había sido un destino popular para la moda juvenil. El impacto en el empleo y la economía local también será significativo, ya que muchos empleados perderán sus trabajos debido al cierre. Esto solo demuestra que Forever 21 deberá demostrar su capacidad para adaptarse y evolucionar en un mercado en constante cambio si quiere sobrevivir y prosperar en el futuro.