En la inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, celebrada a lo largo del majestuoso río Sena, se rindió un emotivo tributo a las mujeres francesas que han contribuido al empoderamiento y la libertad femenina. En medio del canto de la Marsellesa, diversas estatuas de figuras notables se alzaron, destacando sus contribuciones a lo largo de los siglos.
Frente al majestuoso edificio de la Asamblea Nacional, donde tradicionalmente se sitúan estatuas masculinas, emergieron del agua esculturas doradas dedicadas a figuras femeninas que han dejado una marca indeleble en la historia. Este acto simbólico no solo celebró su legado, sino que también aportó una nueva dimensión de las libertades y el reconocimiento que estas mujeres han ayudado a moldear.
Entre las estatuas destacadas se encuentran Olympe de Gouges, la valiente defensora de los derechos de las mujeres durante la Revolución Francesa; Alice Millat, pionera del deporte femenino; y Gisèle Halimi, destacada abogada y activista por los derechos humanos.
También fueron homenajeadas Paulette Nardal, activista política que luchó por la promoción de la identidad cultural afrodescendiente y la igualdad de género; Jeanne Barret, la primera mujer en circunnavegar el globo; Christine de Pizan, escritora en favor de defensa de los derechos y la educación de las mujeres; y Louise Michel, figura clave en la Comuna de París.
El tributo continuó con Alice Guy, una de las primeras directoras de cine y pionera en la industria cinematográfica; y Simone Veil, una influyente política y defensora de los derechos de las mujeres. Estas figuras emblemáticas no solo representan la lucha por la igualdad y la justicia, sino que también simbolizan el espíritu de progreso y libertad que define a este evento deportivo.
Este homenaje en el río Sena subraya el compromiso de los Juegos Olímpicos de celebrar la diversidad y reconocer las contribuciones de las mujeres a lo largo de la historia, mientras París 2024 se convierte en un escenario de inclusión y celebración global.